Operación Láser de Ojos ¿cura o corrige?

La operación láser de ojos, al contrario de lo que puede creerse, no cura de manera definitiva el problema de visión. Lo que hace es corregirlo. Es decir, después de la operación, los ojos seguirán siendo miopes o hipermétropes aún después de la cirugía láser. Lo que hace la operación de ojos es corregir el problema de visión de manera permanente (o casi permanente en algunos casos), pero no la miopía o la hipermetropía. Es importante señalar que un ojo miope es un ojo más grande o alargado de lo que debería ser, o que tiene un sistema de lentes que enfoca demasiado. Como consecuencia de estos factores, los objetos se enfocan delante de la retina. A través de la cirugía láser, el oftalmólogo modifica la córnea para que los ojos puedan enfocar la imagen en el lugar adecuado, es decir, sobre la retina y no delante de ella (como le ocurre a una persona que tiene ojos miopes que no han sido operados).   Pero el ojo sigue siendo miope, aun cuando después de la operación y gracias a la cirugía láser, los ojos podrán ver bien y la imagen se formará directamente sobre la retina del ojo en lugar de hacerlo delante de ella.

El caso de la hipermetropía es similar al de la miopía, aunque en este caso el problema es que el globo ocular es más pequeño o más corto del que debería ser o el sistema de lentes no enfoca suficientemente y por lo tanto enfoca detrás de la retina en lugar de hacerlo sobre ella.   La operación láser corrige este aspecto y gracias a la operación se consigue que los ojos enfoquen correctamente sobre la retina. Pero los ojos siguen siendo ojos hipermétropes después de la operación láser. Simplemente el problema de visión estará corregido. 

Como los ojos siguen siendo miopes o hipermétropes después de la operación, si éstos no se habían estabilizado antes de la operación, cabe la posibilidad de que vuelva a aparecer cierta graduación después de la operación de miopía. Si la graduación no era estable antes de la operación, se corre el riesgo de que vuelvan a aumentar las dioptrías, haciendo que sea necesario volver a llevar gafas para corregir de nuevo el problema de visión.

Por este motivo se pone una especial atención a que en el momento de realizarse la operación, el paciente no haya sufrido modificaciones en su graduación durante los últimos años. Si ha pasado mucho tiempo desde el último cambio en la graduación, se puede suponer que el ojo se encuentra estabilizado y no continuará sufriendo grandes variaciones.

Por el mismo motivo, se pide que el paciente sea mayor de 21 ó 22 años, porque sólo después de esa edad (y no en todos los casos) se puede considerar que el ojo ha terminado de madurar y probablemente ya no seguirá sufriendo grandes cambios en la graduación.

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Flesko