Cirugía ocular y deportes de alta montaña

En condiciones de gran altitud incluso las personas que no han pasado por ningún tipo de cirugía refractiva ocular pueden experimentar complicaciones. Aquellos que se han sometido a una operación Lasik incurren en un riesgo mayor a causa de los cambios que la córnea ha experimentado tras la intervención, aunque muchos alpinistas que están operados con láser no hayan tenido problemas significativos.

Otros escaladores sí han sufrido problemas serios, incluyendo cambios severos en la córnea, edema corneal, hemorragia en la retina, e isquemia retinal y cerebral, que en algunos casos lleva a la ceguera. Personas con una vista normal también han experimentado cambios en su agudeza visual al estar a gran altitud. En todos los casos de problemas visuales documentados practicando el alpinismo, la agudeza visual retorna a niveles normales tras unas cuantas semanas a menor altitud.

La primera preocupación de los amantes de la alta montaña es en la sequedad ocular y la falta de oxígeno en la córnea. Las grandes altitudes producen sequedad, por lo que puede ser necesario mantener los ojos húmedos con gotas oculares sin conservantes. Limpiar unas lentillas en el entorno agreste de la montaña suele ser bastante difícil, y los cristales de las gafas también tienden a empañarse, un problema que se agrava cuando se usa oxígeno suplementario. Los equipos de oxígeno en muchos casos no proporcionan niveles de humedad similares a los que se tienen al nivel del mar.

Los cambios en los niveles de oxígeno, en la presión atmosférica, el frío extremo y otros factores pueden causar fluctuaciones en la agudeza visual de pacientes sometidos a cirugía refractiva. Sin embargo, una reciente escalada al Everest organizada por los oftalmólogos Geoff Tabin y Jason Dimming parece demostrar que una exposición prolongada a los elementos a gran altura no ofrece significativamente mayores problemas a los montañeros operados con Lasik que a los que no han pasado por ninguna operación de este tipo. Esta escalada es uno de los pocos estudios que se han llevado a cabo sobre la hipoxia hipobárica y su efecto en la córnea tras un scirugía Lasik, y la única que ha estudiado el fenómeno a tanta altitud.

Cinco de los seis alpinistas aseguraron no haber notado ningún cambio visual subjetivo a una altura de 8.000 metros. Uno de los miembros del equipo experimentó visión borrosa sobre los 5.000 metros, mientras que otros dos montañeros informaron de problemas similares al sobrepasar los 8.230.

Las cirugías que se llevan a cabo para instalar lentes correctivas como las RLE o P-IOL tienen un menor riesgo de verse afectadas por la actitud, ya que no provocan ningún cambio importa en la córnea ni la debilitan.

Muchas personas que han pasado por una cirugía refractiva siguen practican deportes extremos sin dificultad. Aún así, cualquiera que vaya a participar en este tipo de deportes debería hablar primero con su médico para establecer los posibles riesgos asociados a su situación particular. Discutir el tema con otras personas familiarizadas con los deportes extremos seguramente nos dará información adicional.  Es muy posible que alguien que haya pasado por una cirugía refractiva participe en el tipo actividad que nos interesa.

En todo caso, es mejor pecar por exceso de precaución que por defecto. Si aún así decidimos hacer montañismo, debemos informar siempre a nuestro guía si nos hemos hecho alguna intervención para corregir la vista.

 

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Flesko